Los pronombres relativos (cuyo, quien)
Los pronombres
relativos introducen oraciones de relativo: oraciones que aportan información
adicional acerca de un elemento en la oración principal que se denomina
antecedente.
Quien
El relativo quien (o su variante plural quienes) siempre tiene como antecedente
una persona y suele reservarse para el lenguaje escrito.
Ejemplo: Mi tío, quien es profesor de español, me enseñó
a leer.
Si el relativo quien no va precedido de una
preposición, puede usarse como alternativa a que en oraciones de relativos explicativas.
Ejemplo: Juan, quien/que ganó
la lotería la semana pasada, renunció a su trabajo.
Por el contrario, si
va precedido de una preposición, puede alternarse con el que o el cual, con sus
variantes, y emplearse en oraciones especificativas y explicativas.
Ejemplo: El hombre con
quien/el que/el cual se ha casado María
es ingeniero.
Cuyo
El relativo cuyo, con sus variantes cuya, cuyos y cuyas, designa al
poseedor del sustantivo al que acompaña, que aparece expreso en la oración
principal. Concuerda en género y número con el sustantivo al que acompaña en la
oración subordinada; esto es, con lo poseído, no con el poseedor.
Ejemplo: Tiene miedo
de hablar con su madre, cuyo coche
ha destrozado.
Por lo general, cuyo aporta un tono formal al discurso,
por lo que este tipo de oraciones relativas suele utilizarse esencialmente en
la lengua escrita. En el habla corriente se intenta reformular la oración a fin
de evitar el uso de este relativo.
Ejemplo: Lengua
Escrita → La madre, cuyo coche ha
quedado destrozado, se alegró de que todo fuera un susto.
Habla corriente → La
madre, que tiene un coche que ha quedado destrozado, se alegró de que todo fuera
un susto.
Impersonalidad
Existen dos tipos de
impersonalidad:
1. Impersonalidad
sintáctica.
Sintácticamente son
impersonales las oraciones en las que el verbo no posee un sujeto semántico que
realice la acción verbal y tampoco tiene un sujeto léxico, es decir, el sujeto
no se encuentra expresado formalmente en el enunciado. El verbo de una oración
impersonal desde una perspectiva sintáctica siempre se encuentra en tercera
persona del singular. Existen tres tipos de verbos utilizados en las oraciones
impersonales:
a. Verbos relacionados con fenómenos meteorológicos:
nevar, llover, granizar, entre otros.
Ejemplo: En este país llueve
muy a menudo.
b. Verbos empleados para expresar tiempo.
Ejemplo: Es muy tarde
para comer helado.
c. Verbos empleados para expresar existencia.
Ejemplo: Hay muy pocos
alumnos en el salón de clases.
2. Impersonalidad
semántica.
Desde el punto de
vista semántico, son impersonales las oraciones en las que el núcleo verbal sí
posee un sujeto semántico, pero este no aparece explícitamente en la oración,
es decir, la persona que emite el mensaje si piensa en un agente que efectúa la
acción del verbo, pero desconoce exactamente de quién se trata o prefiere no
comunicárselo a la que persona que recibe ese mensaje. La referencia que se
hace al sujeto puede ser de dos tipos:
a. Referencia indefinida: Quien recibe el mensaje expresado
por el emisor entiende que alguien realiza esa acción verbal, pero se desconoce
quién exactamente lo hace. En este caso, aparece un verbo en tercera persona
del plural.
Ejemplo: Llaman por teléfono. → Alguien realiza la acción de llamar, pero se desconoce quién la realiza.
b. Referencia genérica: la persona receptora del mensaje
entiende la acción del verbo es realizada por alguien en específico. En estas
oraciones el verbo puede aparecer:
·
En
segunda persona del singular.
Ejemplo: Si cometes alguna acción, debes responsabilizarte de sus
consecuencias.
·
En
tercera persona del singular con el pronombre se.
Ejemplo: En este país se vive con inseguridad debido al alto índice de
delincuencia.
Pasividad (Pasivas con se con complemento agente)
La construcción
pasiva corresponde a un mecanismo de voz, es decir, un mecanismo que permite
indicar qué tipo de relación existe entre el predicado y los participantes de
la acción denotada por el verbo. Así, mientras la voz activa no marcada señala
normalmente que el sujeto del predicado verbal es el participante activo (agente)
del proceso, la voz pasiva marcada indica que el predicado verbal admite como
sujeto al participante pasivo (paciente).
En el caso específico
de las oraciones pasivas con se, el sujeto aparece en tercera persona del singular o del plural y el verbo debe concordar
con él. Asimismo, nunca existe la
presencia de un complemento agente en tales oraciones, pues la partícula se tiene la función de cubrirlo.
Ejemplos: Se solicita ayuda económica. → Sujeto: ayuda económica.
Se continuarán los trabajos de investigación. → Sujeto: los trabajos de investigación.
Del mismo modo, esta
clase de oraciones pasivas solo se pueden formar a partir de verbos transitivos
que acepten la transformación pasiva.
Ejemplo: Los
delegados aceptaron la propuesta → La
propuesta se aceptó.
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