Uso de pronombres personales
Los pronombres personales son palabras que no tienen un significado propio; adquiere sentido en el discurso mismo. Son capaces de señalar personas en el acto comunicativo (valor deíctico) y también pueden referirse a alguna persona u objeto antes mencionado (valor anafórico). A diferencia de la mayoría de palabras del español, estos presentan flexiones de caso, es decir, según la función sintáctica que cumpla el pronombre en la oración, va a adoptar una forma morfológica específica para indicarlo. Hay una distinción principal entre estas formas: las tónicas y las átonas. Las primeras pueden aparecer por sí solas sin necesidad de un verbo, mientras que la átonas generalmente son auxiliares del verbo en la oración. A continuación se detallan los pronombres personales tónicos y átonos en tercera persona:
formas tónicas
|
formas átonas
|
||||
número
|
género
|
sujeto
|
OD / OI
|
OD
|
OI
|
singular
|
masculino
femenino
neutro
|
él
ella
ello
|
a él
a ella
a ello
|
la
lo
lo
|
le, se
le, se
le, se
|
plural
|
masculino
femenino
|
ellos
ellas
|
a ellos
a ellas
|
los
las
|
les, se
les, se
|
La mayoría de abusos del lenguaje, errores gramaticales y confusiones en la redacción ocurren con estos pronombres. En el uso coloquial y los contextos más informales es recurrente encontrar el empleo inadecuado de estas partículas. Seguidamente, se detallan los problemas más comunes que imponen estas partículas.
I- Colocación de clíticos o pronombres átonos
Es común que en una oración se emplee más de un clítico. Estos deben ir un orden jerárquico preestablecido que no puede modificarse. El primer vicio, entonces, que puede cometerse es alterar este ordenamiento.
(1) a. Se te ha caído el sobre de la mano.
b. No te me duermas.
c. Me lo hizo mi mamá.
Por otro lado, como se hizo referencia previamente, los clítico (por su categoría fónica) dependen de la intensidad del verbo. En la mayoría de los casos se colocan frente a este. Pero existen algunas formas verbales que ordenan a los clíticos de otra manera: los infinitivos, gerundios y las formas en imperativo.
(2) a. Le dije a mi nieta que era inaceptable.
b. Tengo que decírselo.
c. ¿Casarme, yo? Nunca.
d. Está pensándoselo.
e. Yéndote no solucionarás nada.
e. ¡Díselo!
En el caso de (2b) y (2d), los infinitivos y gerundios tienen un rol de auxiliares a un verbo principal, a diferencia de (2a) y (2d). Es importante destacar que los casos (2b) y (2c) también podrían anteponerse al verbo principal y no producir problema alguno:
(3) a. Se lo tengo que decir.
b. Se lo está pensando.
De las dos alternativas presentadas, es más común la común la posposición en registros más cultos. Sin embargo, en construcciones impersonales reflejas siempre debe anteponerse el pronombre para evitar confusiones.
(4) *a. No puede fumarse en los hospitales.
b. No se puede fumar en los hospitales.
III- Empleo inadecuado de las funciones sintáctica de los pronombres clíticos
Uno de los mayores errores, los cuales pueden llegar a producir problemas en la comprensión de una cláusula, son el mal empleo de los clíticos según su función sintáctica. Como puede evidenciarse en el cuadro citado al inicio, le / les es para indicar exclusivamente el objeto indirecto. No obstante, existe una tendencia por realizar una sustitución según el género del complemento. Es así cómo se obtiene el leísmo, loísmo y laísmo, los cuales operan de acuerdo con la información del siguiente cuadro.
Es así cómo se origina el laísmo o la utilización de 'la-las' como objeto indirecto. Ocurre leísmo cuando se sustituye el objeto directo con los pronombres 'le-les'. Por último, se entiende como loísmo como la sustitución del complemento directo por 'lo-los'. En el siguiente conjunto de ejemplos se presentan estos usos no recomendados y sus correspondientes equivalentes correctos.
(5) *a. A mi perra [OI] la advertí que se portara bien.
b. A mi perra [OI] le advertí que se portara bien.
*c. A mis gatos [OD] no les he visto en toda la semana
d. A mi gatos [OD] no los he visto toda la semana.
*e. Las pulseras [OD], ya les vuelto a perder.
f. Las pulseras [OD], ya las he vuelto a perder.
g. Le llevaron al niño al Parque de Diversiones.
Es común que en una oración se emplee más de un clítico. Estos deben ir un orden jerárquico preestablecido que no puede modificarse. El primer vicio, entonces, que puede cometerse es alterar este ordenamiento.
En una oración
deben aparecer los clíticos en el siguiente orden:
SE - II
persona - I persona - III persona
|
Esta regla puede evidenciarse en los siguientes ejemplos:
(1) a. Se te ha caído el sobre de la mano.
b. No te me duermas.
c. Me lo hizo mi mamá.
Por otro lado, como se hizo referencia previamente, los clítico (por su categoría fónica) dependen de la intensidad del verbo. En la mayoría de los casos se colocan frente a este. Pero existen algunas formas verbales que ordenan a los clíticos de otra manera: los infinitivos, gerundios y las formas en imperativo.
(2) a. Le dije a mi nieta que era inaceptable.
b. Tengo que decírselo.
c. ¿Casarme, yo? Nunca.
d. Está pensándoselo.
e. Yéndote no solucionarás nada.
e. ¡Díselo!
En el caso de (2b) y (2d), los infinitivos y gerundios tienen un rol de auxiliares a un verbo principal, a diferencia de (2a) y (2d). Es importante destacar que los casos (2b) y (2c) también podrían anteponerse al verbo principal y no producir problema alguno:
(3) a. Se lo tengo que decir.
b. Se lo está pensando.
De las dos alternativas presentadas, es más común la común la posposición en registros más cultos. Sin embargo, en construcciones impersonales reflejas siempre debe anteponerse el pronombre para evitar confusiones.
(4) *a. No puede fumarse en los hospitales.
b. No se puede fumar en los hospitales.
III- Empleo inadecuado de las funciones sintáctica de los pronombres clíticos
Uno de los mayores errores, los cuales pueden llegar a producir problemas en la comprensión de una cláusula, son el mal empleo de los clíticos según su función sintáctica. Como puede evidenciarse en el cuadro citado al inicio, le / les es para indicar exclusivamente el objeto indirecto. No obstante, existe una tendencia por realizar una sustitución según el género del complemento. Es así cómo se obtiene el leísmo, loísmo y laísmo, los cuales operan de acuerdo con la información del siguiente cuadro.
género
|
elemento referencial
|
OI / OD
|
femenino
|
todos los elementos
|
lo, las
|
masculino
|
personas
|
le, les - lo,
los
|
cosas
|
lo, los - le,
les
|
Es así cómo se origina el laísmo o la utilización de 'la-las' como objeto indirecto. Ocurre leísmo cuando se sustituye el objeto directo con los pronombres 'le-les'. Por último, se entiende como loísmo como la sustitución del complemento directo por 'lo-los'. En el siguiente conjunto de ejemplos se presentan estos usos no recomendados y sus correspondientes equivalentes correctos.
(5) *a. A mi perra [OI] la advertí que se portara bien.
b. A mi perra [OI] le advertí que se portara bien.
*c. A mis gatos [OD] no les he visto en toda la semana
d. A mi gatos [OD] no los he visto toda la semana.
*e. Las pulseras [OD], ya les vuelto a perder.
f. Las pulseras [OD], ya las he vuelto a perder.
g. Le llevaron al niño al Parque de Diversiones.
*h. Al profesor lo regalamos una agenda electrónica.
i. Al profesor le regalamos una agenda electrónica.
Es importante aclarar que la RAE ha llegado a considerar el empleo del 'le' en función de objeto directo aceptable cuando el complemento sea una persona masculina en singular, como en (5g). En los demás casos (no persona, femenino, plural) los usos del leísmo son agramaticales como en (5d) y (5f). Según Arguedas Cortés (2009), en Costa Rica no se han reportado casos de de loísmo y laísmo en el habla cotidiana. En cambio, el leísmo es bastante común en el área: se han detectado desde medios de divulgación, la comunicación en redes sociales, como el lenguaje hablado.
IV- Ejemplos de leísmo tomados de la vida real
(6) Caso 1: Medios de divulgación: prensa nacional
Fig 1. Cuenta oficial de twitter del Semanario Universidad
Fig. 2. Nota aclatratoria del Reporte Delfino (delfino.cr)
Fig. 3. Extracto de Reporte Delfino (delfino.cr)
(7) Caso B: Figuras públicas
Fig. 5. Cuenta oficial del actual diputado del Frente Amplio José María Villalta
(8) Caso C: Redes sociales
Fig. 6. Cuenta de twitter perteneciente a artista latinoamericano
Fig. 7. Cuenta de twitter de influencer colombiana
Fig. 8. Cuenta de twitter perteneciente a activista afrofeminista costarricense
IV- Omisión del pronombre de verbos en voz media
Los verbos pronominales son los que contienen formas pronominales átonas con rasgos de persona en su conjugación. En una oración, el sujeto y pronombre átono deben mantener la concordancia (número y persona). Esto se puede evidenciar en los ejemplos de (8).
(8) a. Yo me canso (CANSARSE).
b. Tú te arrepientes (ARREPENTIRSE).
c. Las gatas se mareaban (MAREARSE).
El pronombre de este tipo de verbos no cumple ninguna función sintáctica, más bien forma parte de su estructura morfológica. En muchos manuales y tratados gramaticales se conocen como verbos de voz media, pero la RAE (2010) prefiere el término construcción media. Desde el punto de vista semántico, estos verbos expresan cambio de estado. Debe evitar confundirse con las oraciones reflejas. En el siguiente ejemplo se trata de establecer la distinción: (9a) corresponde a una construcción media, mientras que (9b) es una típica oración refleja ('el animal se pasa la lengua sobre él mismo').
(9) a. Se secan los trapos sucios en el tendedero (SECARSE).
b. La perra se lamió las heridas (LAMER).
Bibliografía
Arguedas Cortés, G. (2009). Introducción a la morfología española. San José, Costa Rica: Editorial Mirambell, S.A:
Asociación de Academia de la Lengua Española.
(2010). Nueva gramática de la lengua española. Ciudad de México, México:
Editorial Planeta Mexicana.
Garachana, M. (2008) Cuestiones de gramática normativa. Aspectos morfosintácticos. En Montolío, E. (pp. 45-125). Manual práctico de estructura académica. Barcelona, España: Ariel.