jueves, 8 de noviembre de 2018

El gerundio


                En la actualidad, la escritura comprende una de las actividades más complejas de la vida académica debido al arduo trabajo que esta implica: no solo hay que pensar en el qué decir sino también en el cómo decir. Es en este último aspecto donde la gramática juega un papel fundamental, pues conocer las reglas del uso de la lengua en contextos escritos formales no garantiza éxito en el resultado. Uno de los elementos gramaticales que más dificultades presenta a los escritores tanto expertos como novatos es el gerundio. En esta intervención se explican la morfología del gerundio, sus matices semánticos, los usos pertinentes y los errores más frecuentes que lo rodean.
                Con respecto al aspecto morfológico, Müller (2012) explica que bien es sabido que el gerundio se codifica a través del morfema –ndo, el cual se une al tema verbal (raíz y vocal temática). Así pues, según su estructura se dividen en dos grupos: simples (como baila-ndo, mecie-ndo, sonrie-ndo) o compuestos (formados con el auxiliar haber, a saber, habiendo bailado, habiendo mecido, haciendo sonreído).
                Atiéndanse los matices semánticos de esta partícula. Santiago (en Garachana, 2008) plantea tres reglas generales para utilizar correctamente esta forma no personal del verbo:
Regla 1: el sujeto del gerundio tiene que coincidir con el sujeto de la oración principal.
Regla 2: la acción del gerundio tiene que realizarse al mismo tiempo o antes que la acción del verbo principal.
Regla 3: la acción que expresa el gerundio se tiene que interpretar como una circunstancia (tiempo, modo, causa o condición) de la acción del verbo principal).
                Cada una de estas permite explicar las implicaciones semánticas, los usos normativos y los errores frecuentes del gerundio. 

Regla
Descripción y ejemplos
Excepciones
Errores frecuentes
El sujeto de gerundio tiene que coincidir con el sujeto de la oración principal.
Debido a su carácter de forma no personal, el gerundio no comporta morfemas de persona, de ahí que prototípicamente el sujeto del gerundio coincida de manera referencial con el de la oración principal.

Dylana se baña cantando.

Comiendo tanto solo lograrás engordar más.
En el caso de verbos de percepción (ver, mirar, oír, encontrar, descrubrir…), el sujeto del gerundio puede coincidir con el sujeto o con el objeto directo del verbo principal.

Encontré a Dylana viendo una serie.

Dylana me escuchó chismeando.
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En las construcciones absolutas, los gerundios pueden tener un sujeto explícito distinto del verbo principal. Los usos de estas construcciones pueden tener valores temporales, condicionales y causales.

Llegando Dylana, escondimos toda la comida.
La acción del gerundio tiene que realizarse al mismo tiempo o antes que la acción del verbo principal.
Debido a su carácter de forma no personal, el gerundio no comporta morfemas de tiempo, de ahí que prototípicamente “la acción expresada por el gerundio […] es siempre simultánea a la acción expresada por el verbo principal” (Santiago, en Garachana 2008, p. 93).

Dylana camina sonriendo constantemente.
La acción expresada por el gerundio es anterior a la que expresa el verbo principal.

Sea feliz invirtiendo con nosotros.
El gerundio nunca puede expresar una acción posterior a la oración principal.

Llegaron los bomberos apagando el incendio.
La acción que expresa el gerundio se tiene que interpretar como una circunstancia de la acción del verbo principal.
El gerundio solo puede introducir acciones que indiquen informaciones circunstanciales.

Hablamos caminando por el parque (valor temporal).

Me miró sonriendo (valor modal).

Caminando bajo la lluvia se encontró con el amor de su vida (valor causal).

Molestando tanto no tendrás amigos (valor condicional).
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Nunca se utiliza el gerundio como complemento de nombre (valor de una oración de relativo) o con otros tipos de relaciones circunstanciales respecto del verbo principal (valores consecutivo o final).

Se cayó la maleta conteniendo los documentos (valor de oración relativa).

Limpió la casa, terminando temprano (valor causal).

Me tiró muchos besos, enamorándome después (valor consecutivo).

                En fin, es evidente que la complejidad del gerundio justifica los reincidentes errores en los escritores. De tal manera, es necesario revisar el funcionamiento lingüístico de esta partícula para utilizarla de manera pertinente.

Referencias bibliográficas
Garachana, M. (2008). E. En Montolío, E. (ed.). Manual práctico de escritura académica. Vol. I. Barcelona: Ariel.
Müller, M. (2012). Curso básico de redacción. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.


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